13 Dic 2021
Distinción Franco-Argentina en Innovación 2021 para Daiana Capdevila
La científica de la Fundación Instituto Leloir (FIL) recibió el premio en la categoría Junior en el marco de un concurso que apunta estimular y difundir los procesos de transferencia de conocimientos y tecnología que mejoren la calidad de vida de la sociedad. Fue organizado por el Instituto Franco Argentino con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y la empresa TotalEnergies.
Para avanzar en un proyecto que apunta al desarrollo de un sensor portátil que detecte la presencia de arsénico en muestras de agua, Daiana Capdevila, jefa del Laboratorio Fisicoquímica de Enfermedades Infecciosas en la FIL, y su equipo recibirán 3 mil euros.
“Es una verdadera alegría recibir este reconocimiento. Los fondos serán destinados para avanzar con el desarrollo de una herramienta que sirva para determinar la calidad de agua que consumen los habitantes de la Cuenca Matanza-Riachuelo y contribuya a garantizar su seguridad hídrica”, afirmó Capdevila quien recibió la distinción en una ceremonia que tuvo lugar en la Embajada de Francia.
Gran parte de la población mundial, y en particular comunidades vulnerables, tiene un acceso restringido al agua limpia. El proyecto liderado por Capdevila busca brindar soluciones a un 15% de la población argentina que reside en la Cuenca Matanza-Riachuelo cuya agua en muchos casos no se encuentra apta para el consumo humano debido a la contaminación antropogénica en agua superficial como contaminación natural.
“El biosensor que desarrollaremos tardará 30 minutos en detectar arsénico en muestras de agua. La herramienta ayudará a determinar si su concentración está dentro de los límites recomendados para el consumo humano según los distintos códigos nacionales e internacionales”, indicó Capdevila, también investigadora del CONICET.
La primera etapa del proyecto será la optimización del sensor como prototipo en el laboratorio y la siguiente fase será el escalado y la producción de 200 dispositivos.
En la tercera etapa se distribuirán los dispositivos en representantes de la comunidad afectada por la presencia de arsénico en su agua de consumo de la Cuenca Matanza Riachuelo. “Esto tiene como objetivo el involucrar a los ciudadanos y a las ciudadanas en la validación de los biosensores y probar el interés de la comunidad en poder tener disponible una herramienta que les permita evaluar su propia agua de consumo”, explicó Capdevila.
Como herramienta adicional para el monitoreo rutinario del agua, un porcentaje de los dispositivos será entregado directamente a ACUMAR, una entidad estatal que hace más de diez años se dedica a monitorear las fuentes de agua en la Cuenca Matanza-Riachuelo.
“Los biosensores permitirán que todos los actores de la sociedad tengan a su alcance herramientas capaces de evaluar la calidad del agua para determinar dónde es urgente la mejora de políticas de saneamiento”, destacó Capdevila, también ganadora en 2020 en la categoría Beca del Premio Nacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” en colaboración con el CONICET.
La distinción incluye fondos adicionales para que Capdevila realice una estadía de investigación en un centro de investigación o empresa de base tecnológica en Francia que desarrolle temas relacionados con el desarrollo de sensores de arsénico y otros contaminantes en agua. “Esta experiencia de trabajo interdisciplinario será de gran utilidad para testear y validar nuestro detector de arsénico antes de su transferencia a la sociedad” concluyó la científica.
El biosensor en desarrollo también recibe financiamiento del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación por tratarse de un proyecto seleccionado este año en la convocatoria “Ciencia y Tecnología contra el Hambre”.
Para avanzar en un proyecto que apunta al desarrollo de un sensor portátil que detecte la presencia de arsénico en muestras de agua, Daiana Capdevila, jefa del Laboratorio Fisicoquímica de Enfermedades Infecciosas en la FIL, y su equipo recibirán 3 mil euros.
“Es una verdadera alegría recibir este reconocimiento. Los fondos serán destinados para avanzar con el desarrollo de una herramienta que sirva para determinar la calidad de agua que consumen los habitantes de la Cuenca Matanza-Riachuelo y contribuya a garantizar su seguridad hídrica”, afirmó Capdevila quien recibió la distinción en una ceremonia que tuvo lugar en la Embajada de Francia.
Gran parte de la población mundial, y en particular comunidades vulnerables, tiene un acceso restringido al agua limpia. El proyecto liderado por Capdevila busca brindar soluciones a un 15% de la población argentina que reside en la Cuenca Matanza-Riachuelo cuya agua en muchos casos no se encuentra apta para el consumo humano debido a la contaminación antropogénica en agua superficial como contaminación natural.
“El biosensor que desarrollaremos tardará 30 minutos en detectar arsénico en muestras de agua. La herramienta ayudará a determinar si su concentración está dentro de los límites recomendados para el consumo humano según los distintos códigos nacionales e internacionales”, indicó Capdevila, también investigadora del CONICET.
La primera etapa del proyecto será la optimización del sensor como prototipo en el laboratorio y la siguiente fase será el escalado y la producción de 200 dispositivos.
En la tercera etapa se distribuirán los dispositivos en representantes de la comunidad afectada por la presencia de arsénico en su agua de consumo de la Cuenca Matanza Riachuelo. “Esto tiene como objetivo el involucrar a los ciudadanos y a las ciudadanas en la validación de los biosensores y probar el interés de la comunidad en poder tener disponible una herramienta que les permita evaluar su propia agua de consumo”, explicó Capdevila.
Como herramienta adicional para el monitoreo rutinario del agua, un porcentaje de los dispositivos será entregado directamente a ACUMAR, una entidad estatal que hace más de diez años se dedica a monitorear las fuentes de agua en la Cuenca Matanza-Riachuelo.
“Los biosensores permitirán que todos los actores de la sociedad tengan a su alcance herramientas capaces de evaluar la calidad del agua para determinar dónde es urgente la mejora de políticas de saneamiento”, destacó Capdevila, también ganadora en 2020 en la categoría Beca del Premio Nacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” en colaboración con el CONICET.
La distinción incluye fondos adicionales para que Capdevila realice una estadía de investigación en un centro de investigación o empresa de base tecnológica en Francia que desarrolle temas relacionados con el desarrollo de sensores de arsénico y otros contaminantes en agua. “Esta experiencia de trabajo interdisciplinario será de gran utilidad para testear y validar nuestro detector de arsénico antes de su transferencia a la sociedad” concluyó la científica.
El biosensor en desarrollo también recibe financiamiento del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación por tratarse de un proyecto seleccionado este año en la convocatoria “Ciencia y Tecnología contra el Hambre”.